PermĂtete disfrutar del aroma fresco de los tomates y la salvia. No seas soso, habla con la gente de los puestos; descubrirás que, a pesar de la fama de los mallorquines, el barrio de Santa Catalina se puebla de personas especiales. (Revisar) Si nada ha cambiado, podrás encontrar unas fantásticas brochetas de verdura o carne en algĂşn puesto cercano. Te recomiendo que las tomes allĂ mismo; hacia la otra esquina, en paraleo, hay un bar lleno de gente joven que las prepara a la plancha, puedes llevarles cualquier cosa en realidad.